Con la llegada del verano, los pies se destapan y pasamos de utilizar un calzado cerrado a otro descubierto. Este cambio puede ir acompañado de molestias en los pies por posibles rozaduras, fricciones o sobrecargas por utilizar sandalias que no sujeten bien el pie. Para evitarlo, es fundamental prepararlos adecuadamente y escoger correctamente el calzado. 

Recomendamos antes de “destapar” los pies visitar al podólogo para detectar a tiempo posibles patologías, él eliminará las durezas de la planta y de los talones y empezará el tratamiento de hidratación, que en verano será mayor porque los pies no están protegidos como en el invierno por el calzado y los calcetines.

El especialista cortará las uñas en recto y no se limarán demasiado redondas porque, al crecer se clavarían en los laterales de los dedos.

Si no tienes, permite que tu especialista estética te recomiende una crema adecuada para  masajear e hidratar los pies diariamente evitando el espacio entre los dedos porque podría macerar la zona y propiciaría la aparición de hongos y grietas. Es importante aplicar una vez a la semana un exfoliante.