La ropa deportiva se posiciona con fuerza en el mundo de la moda y llevar traje con zapatillas ‘casual’, ‘leggins’ con tacones o prendas de yoga en el trabajo es tendencia. Las grandes marcas se dirigen a un nuevo consumidor vinculado a valores relacionados con la vida sana.

La mezcla de deporte y moda no es una tendencia, sino el reflejo de un cambio de valores en una sociedad que apuesta cada vez más por aspectos como la salud, el reciclaje o la ecología. Esta realidad ha llevado a las marcas de artículos deportivos no solo a impulsar la necesaria y tradicional innovación técnica y de diseño, sino también a centrarse en una nueva forma de entender la estética deportiva: el athleisure o unión de lo atlético con el ocio.

En este nuevo escenario, las marcas de artículos y prendas deportivas están empezando a cambiar y, junto a la investigación y desarrollo de productos, ponen el acento en las nuevas preferencias y necesidades del cliente. Establecen diferencias entre para qué uso diseñan sus productos, especialmente los tecnológicos, y para qué se están utilizando realmente. Las empresas deben analizar quién es su cliente y enfocar sus negocios no solo para lanzar ropa y zapatos destinados a las prácticas deportivas, sino teniendo en cuenta la posibilidad y rentabilidad de otros usos, porque es cada vez más habitual que, aunque inicialmente fueran diseñados para gimnasios y competiciones, también sean empleados para salir en la gala de los Óscar.

Este cambio de accesorio deportivo a artículo de moda tuvo su origen en las mujeres que asistían a clases de yoga en Estados Unidos. Lo que ahora parece una locura quizá no lo sea tanto, porque la tendencia es acortar las diferencias entre los atuendos de hombres y mujeres, y los tejanos van a ser sustituidos muy pronto por leggins en todos los colores para poder hacer frente a todas las combinaciones posibles. Las capas serán fundamentales, todo intercambiable y combinable.

La buena noticia es que cada vez habrá más personas que quieran llevar una vida sana y cuidarse, actitud que lleva a las marcas de deporte a segmentar las ventas. También es positivo el hecho de que esté bien visto mezclar valores de deporte y moda. Sin embargo, el riesgo que corre el fabricante es no saber gestionar esta realidad, dejándose arrastrar y perdiendo de vista el negocio a largo plazo, las raíces y el ADN de la marca y, al mismo tiempo, su nexo con el consumidor, que al final es quien marca tendencia.

Estados Unidos está a la cabeza en ropa deportiva, mientras que en Europa el ranking lo lidera Alemania, seguida de Francia, España, Italia y el Reino Unido. En cuanto al athleisure, en Europa destacan Francia e Italia, al tiempo que se está poniendo las pilas Japón, país al que acuden los equipos de diseño de grandes marcas.